miércoles, 27 de mayo de 2009

LA VERDAD DEL "HISTORIADOR" ALDO MARIÁTEGUI


Existe gente en nuestro país que cuando escribe lo hace a tientas, porque sus prejuicios lo ciegan hasta el colmo de expresar sandeces donde debiera tener extrema precaución por lo delicado del tema. Es el caso del inefable Aldo Mariátegui, quien en su columna de hoy en el diario Correo -dicho sea de paso, que dirige a conciencia de no se quién- ha despotricado contra Evo Morales porque no asistirá a la ceremonia de homenaje a los caidos en la Batalla del Alto de la Alianza, durante la Guerra del Pacífico.
Pero el hecho sería sólo anecdótico si no hubiera invocado a la historia para intentar dejar mal parados no solo al presidente Morales, sino a todos los bolivianos.
Afirma, suelto de huesos, que esta batalla fue la única donde combatimos ambos países juntos, además dice: "es la única acción bélica boliviana de renombre, pues antes abandonaron su litoral casi sin combatir (salvo la inflada refriega de Calama, donde murieron 20 bolivianos y siete chilenos. De allí se origina el héroe boliviano Eduardo Avaroa) ". Lo que olvida con malsana intención es que fueron 130 bolivianos civiles entre peones y hacendados contra una columna conformada por más de 500 soldados del ejército chileno preparado para la guerra.
Luego dice: "Nos metimos en esta guerra por tontos, pues lo cuerdo hubiera sido declararse neutral y no sentirse amarrados por el pacto defensivo con Bolivia, dado que este país había roto las condiciones para invocar ese acuerdo al haber provocado la intervención chilena por no respetar un tratado legítimo". Osea, según este "notable historiador", el país del sur no ambicionaba los ricos salitrales de Antofagasta, menos aún le interesaba la riqueza del departamento peruano de Tarapacá. Los chilenos no querían hacer guerra; sin embargo, poseían la mejor flota del Pacífico y un ejército tan preparado y presto que en una sola acción ocuparon Antofagasta. Para Aldo Mariátegui nosotros somos culpables, sigue la tesis de Chile que dice: "No fue nuestra culpa, no queríamos nada". Pero con qué gusto se quedaron con todo. Los chilenos se prepararon largos años para ocupar territorios vecinos, lo demuestra la historia y ese no querer queriendo que hoy también utilizan y que se nota a leguas.
En el colmo de la audacia escribe: "Si el torpe Prado hubiera tenido más carácter, la prensa local hubiera sido más responsable y la ciudadanía menos ilusa, esa guerra no tendría por qué haber sucedido, porque era un problema ajeno". Nos recuerda a la posición clásica de los "señoritos" limeños que no les interesa nada de lo que suceda si no es en Lima. En esa época no les interesó el destino de Tacna ni Tarapacá, sólo saltaron como liebres cuando los chilenos llegaron a la capital, se razgaron las vestiduras y murieron vanamente muchos jóvenes por culpa de una reacción tardía.
Cualquier historiador sabe que Chile ambicionaba Tarapacá, lo miraba de reojo. Tanteó y vió que Perú estaba tan indefenso como Bolivia y es por eso que el ministro plenipotenciario José Antonio de Lavalle fracasó en Chile al intentar dialogar; más bien los chilenos denunciaron un improbable "pacto secreto para agredirlos" y se victimizaron ante los ojos ingenuos. Claramente se ve que los chilenos tenían toda la intención de encontrar un pretexto para declararle la guerra a Perú, y no como dice torpemente A. Mariátegui que "era un problema ajeno". ¿Acaso cree que si Perú hubiera tenido fuerza militar suficiente para enfrentarlos, los chilenos se hubieran lanzado a esta aventura?
No cabe duda que cada vez más este advenedizo "periodista" -y ahora "advenedizo historiador chileno"- ha agarrado la costumbre de creernos ignorantes. ¿Es, o se hace?

lunes, 4 de mayo de 2009

LA RAZON DE LA ESTUPIDEZ


Esta es una de las portadas más estupidas que haya publicado un diario peruano en los últimos tiempos.

Por justificar lo injustificable, el diario La Razón cree que afirmando una supuesta culpabilidad de las víctimas, el victimario será menos asesino. Levanta su tesis que si uno de los muertos de Barrios Altos era terrorista (según investigaciones preliminares que no han concluido), pues el aniquilamiento de las otras 14 personas podría ser válido. Este diario pretende que los Colina pasen de criminales a héroes, al mejor estilo de los violadores sexuales que terminan haciéndose víctimas de la "provocación de la mujer".

Luego, La Razón dice: "A esta pesquisa deben sumarse otras en las próximas semanas, particularmente la referida al atentado contra los integrante de la escolta presidencial “Húsares de Junín”, que involucraría a varios de ellos, con la finalidad de revelar quiénes eran políticamente las ‘víctimas’ del grupo militar encabezado por el mayor EP Santiago Martin Rivas".


Semejante afirmación nos recuerda que una de las víctimas fue un niño de ocho años, abaleado sin misericordia. ¿Acaso pretenden ahora investigar lo que significaba "políticamente" este niño? ¿Estos criminales de Colina, cual película Terminator II, tenían por misión asesinar al pequeño análogo de John Connor antes que crezca y se convierta en un terrible enemigo?

No pues, esta campaña de desprestigio de las víctimas para justificar crímenes como los de Barrios Altos tiene un fin determinado: convertir en héroe al cabecilla mayor, Fujimori. Si no han podido convencer al tribunal del mal llamado megajuicio, pues ahora pretenden que la gente caiga en el engaño para atraer réditos a Keiko. A ello se suma la incansable y desatinada campaña de líderes del fujimorismo con el caso del VRAE, en donde pretenden mostrar solo el rostro del terrorismo y ocultar al verdadero enemigo del Perú: El narcotráfico; quien corrompe todo tipo de conciencias, desde senderistas, militares, asesores presidenciales, políticos, empresarios, policías, periodistas hasta poblaciones enteras de campesinos y nativos.

Las campañas mediáticas de la Razón son groseramente tan evidentes como los de su camarada Correo. Ya sabemos a qué apuestan.