domingo, 4 de septiembre de 2011

EL CONGRESO PORTÁTIL, ¿BUENA O MALA IDEA?

Tras la propuesta del Presidente del Congreso, de llevar una sesión plena a Ica, muchas voces se alzaron criticando dicha propuesta con el argumento que eso es demagogia pura y que, sobretodo, ella costaría a la Nación un oneroso e inútil gasto.
Seamos claros, estas voces discordantes han brotado principalmente del lado de la prensa conservadora y de los analistas proliberales. ¿Por qué tan preocupados del dinero que se va ha invertir en este gesto político-descentralista? Que sepamos, esta misma gente nunca se preocupó de los despilfarros aberrantes que hizo el gobierno anterior en acuerdos y citas cumbres internacionales que terminaron como siempre, en conclusiones inútiles y resultados que beneficiaron sólo a un pequeño grupo de empresarios, en vez del país entero.
En cambio, si la plata se va a gastar para dar a la población necesitada y excluida de provincias un poco de inclusión democrática, para ellos está mal.
Sesudamente razonan que se creará muchas espectativas en la gente, que los iqueños estarán esperando ansiosos que los congresistas les solucionen sus problemas personales, insinuando que los hermanos de Ica -y posiblemente de todo el país-, son gente mendicante que sólo sabe alzar la mano para pedir.
Pero no ven la realidad, no saben que estos ciudadanos están ansiosos por sentirse verdaderamente peruanos, por sentirse incluidos en este Perú que ven de lejos, desde la ventana. Llevar a los representantes políticos de todo el país a sus tierras es el gesto democrático más sublime que puede hacer un político; es hacerles sentir -por un día la menos- que pertenecen al Perú, darles la oportunidad de ver a los congresistas cara a cara para plantearles interrogantes, exponerles problemas comunes, hacer denuncias, señalar abandonos, etc. En resumen, darles voz para que dialogen, es una buena inversión. Como dijo Daniel Abugattás: "Gastar en democracia no es malo".
Lo que pasa es que este gesto del Congreso de ir hacia la gente y no esperar a que la gente vaya por él, es una forma diferente de ver la política y que resulta incomprensible para estos críticos acostumbrados a creer que el Perú es sólo Lima.
El primer paso está dado, el Pleno en Ica, ahora falta ver los resultados y hacer los reajustes necesarios para afinar este acto que le dará a nuestras provincias una identidad, un reconocimiento y capacidad de diálogo que reemplace a las piedras. Si el proyecto es un éxito o un fracaso lo veremos adelante; pero lo que innegablemente podemos afirmar es que cualquier intento por hacer de nuestra patria un país inclusivo siempre será bien recibido.