Una vez más la miopía y la intransigencia del gobierno alanista se impone sobre la razón y el reconocimiento justo a un gran personaje que hizo mucho por nuestra cultura.
José María Arguedas, escritor visionario y gran impulsor de las manifestaciones vernáculas que son fuente de nuestra identidad, aún después de tantos años de fallecido, sigue siendo vapuleado por gente que pretende desconocer los aportes de nuestros ancestros andinos a la formación del nuevo Perú.
Alan García, bailarín de salsa y perreo, cantor de valses y rancheras más secos que las momias del museo de Paracas, hijo de arequipeños que por haber nacido en Barranco se cree lejos de lo provinciano, ha preferido rendir homenaje al saqueo de Machu Picchu.
Hiram Bingham, después de "descubrir" la ciudadela inca, se llevó todas las piezas y restos de ceramios, orfebrería, telas, herramientas, momias, etc. que había allí. Por su culpa Machu Picchu se presentó ante el mundo como una ciudad de piedra, sin vida, sin historia.
Es necesario reivindicar la memoria de José María Arguedas, porque él, al contrario de Hiram, demostró que la cultura andina no era solo una piedra enigmática, sino una viva muestra de creación constante y que influye, hoy más que nunca, en la identidad peruana.
Esto ya no es solamente una lucha por José María, sino por el Perú que él defendió y dio a conocer. Es una lucha por nuestros abuelos excluidos de la historia oficial y que nos han legado una rica cultura reconocida abrumadoramente fuera de nuestras fronteras.
Por eso, hago una propuesta: desconozcamos la nomenclatura oficial del 2011 y coloquemos, en todos los documentos que nos toque redactar, el encabezado "Año del centenario del nacimiento de José María Arguedas". Es lo justo.
José María Arguedas, escritor visionario y gran impulsor de las manifestaciones vernáculas que son fuente de nuestra identidad, aún después de tantos años de fallecido, sigue siendo vapuleado por gente que pretende desconocer los aportes de nuestros ancestros andinos a la formación del nuevo Perú.
Alan García, bailarín de salsa y perreo, cantor de valses y rancheras más secos que las momias del museo de Paracas, hijo de arequipeños que por haber nacido en Barranco se cree lejos de lo provinciano, ha preferido rendir homenaje al saqueo de Machu Picchu.
Hiram Bingham, después de "descubrir" la ciudadela inca, se llevó todas las piezas y restos de ceramios, orfebrería, telas, herramientas, momias, etc. que había allí. Por su culpa Machu Picchu se presentó ante el mundo como una ciudad de piedra, sin vida, sin historia.
Es necesario reivindicar la memoria de José María Arguedas, porque él, al contrario de Hiram, demostró que la cultura andina no era solo una piedra enigmática, sino una viva muestra de creación constante y que influye, hoy más que nunca, en la identidad peruana.
Esto ya no es solamente una lucha por José María, sino por el Perú que él defendió y dio a conocer. Es una lucha por nuestros abuelos excluidos de la historia oficial y que nos han legado una rica cultura reconocida abrumadoramente fuera de nuestras fronteras.
Por eso, hago una propuesta: desconozcamos la nomenclatura oficial del 2011 y coloquemos, en todos los documentos que nos toque redactar, el encabezado "Año del centenario del nacimiento de José María Arguedas". Es lo justo.
Ok. Sería buena idea fregar a estos apristas y sobre todo al gordo bailarín.
ResponderEliminarMartín.