viernes, 21 de octubre de 2011

ES CUESTIÓN DE PLATA


En las últimas semanas, en la prensa se ha dado una avalancha de denuncias contra congresistas de toda pelambre pertenecientes a todas las tiendas políticas. Falsa información en las hojas de vida, antecedentes y procesos penales, oscuras vinculaciones con mafias u otros delitos que son un escándalo en el gallinero.
Es cierto, esto indigna a cualquiera, pero ¿quiénes tienen la culpa que pase esto en nuestro Congreso?, ¿el candidato zamarro o quien lo mete en su lista? Es respuesta es sencilla y obvia: los partidos, alianzas, agrupaciones o como quieran llamarse.
Y ¿cuál es la causa de que tengan que acudir a semejantes especímenes para llenar sus listas? La respuesta está en el sistema; sí, señores, para llevar a cabo una campaña electoral es necesario plata, sin ella no funciona nada. Dinero para la propaganda, para la parafernalia propia de estas lides. Entonces, los partidos deben agenciarse el financiamiento de dos maneras: la difícil, con las colaboraciones de sus prosélitos que son, generalmente, minúsculas (no me vengan con el cuento de las polladas); o por la manera fácil: con la aportación onerosa de ciertos personajes a quienes en retribución se les da un “sitiecito en la lista”, que, por lo general, van de acuerdo al importe "donado".
Esta práctica, aunque no es nueva, hoy se ha degenerado hasta el punto que a las agrupaciones postulantes ni siquiera les interesa el origen de esos fondos, con tal que sirvan para la campaña.
¿Solución? No hay ninguna dentro de este sistema, a menos que los grandes medios de prensa, las imprentas, aquellos que alquilan equipos de sonido, estrados, etc. cívicamente no cobren a los candidatos por su trabajo. O tal vez que el Estado pueda, democráticamente y equitativamente, distribuir la financiación para todos los que postulen. De esa manera, los partidos ya no requerirán de esos pillos que hoy infestan el Congreso.
Pero, lamentablemente todos sabemos que eso no pasará. Así que, mejor sigamos hablando de “roba luz”, “come oro”, “roba cable”, etc. etc. que es lo mejor que sabe hacer la prensa que no ve el fondo del asunto.