Definimos como terrorismo al uso sistemático del miedo o terror para coaccionar a la sociedad o mantenerla en zozobra. Los métodos que aplican los terroristas son variados; desde el uso de armas para amenazar y asesinar sin misericordia, hasta la propaganda malévola que asusta y lleva a los ciudadanos al paroxismo. Todo ello para hacer que la gente se entregue a los objetivos del manipulador.
Visto de este modo, tan terrorista resulta un miembro de sendero luminoso, como un extorsionador o un mafioso que buscan a toda costa sembrar el pánico e imponer sus bajos intereses.
Y cierta prensa también sabe hacer uso de este método para persuadir a la gente. Sobretodo la prensa amarilla que impunemente criminaliza a todo aquello que afecte sus intereses o los intereses de sus patrones. Basta que alguien intente hablar contra la corrupción del sistema liberal, que no esté de acuerdo con el funcionamiento de la democracia excluyente, que quiera abolir la discriminación o la pobreza, para que sea tratado como un delincuente, un apestado, es un "comunista mal nacido", un violentista, un terrorista.
Y cierta prensa también sabe hacer uso de este método para persuadir a la gente. Sobretodo la prensa amarilla que impunemente criminaliza a todo aquello que afecte sus intereses o los intereses de sus patrones. Basta que alguien intente hablar contra la corrupción del sistema liberal, que no esté de acuerdo con el funcionamiento de la democracia excluyente, que quiera abolir la discriminación o la pobreza, para que sea tratado como un delincuente, un apestado, es un "comunista mal nacido", un violentista, un terrorista.
Un ejemplo patético es Correo; este diario, a manera del cabecilla de una organización de terrorismo mediático, propone la víctima, la petardea con adjetivos, arma una seudo investigación y, cual cochebomba senderista, la suelta en su primera plana para que estalle en el rostro de los desprevenidos transeúntes.
Y siguiendo las directivas de esta noticia, sus demás camaradas de la prensa terrorista salen haciendo eco y asesinando una y otra vez el prestigio y honorabilidad de la pobre víctima.
Esto ha pasado con Susana Villarán, a quien este diario del advenedizo Aldo Mariátegui -admirador de la injundia racista y discriminadora de su columnista estrella, Bedoya Ugarteche-, la ha sindicado prácticamente de delincuente terrorista, basado en una estupidez como analizar un puño en alto que significa todo y nada a la vez.
Ya es tiempo que desnudemos a este tipo de prensa "democrática", cuyo objetivo es desarrollar un proceso de imbecilización de sus lectores, poniéndoles en la cabeza que ser de izquierda es un delito, que protestar por lo que está mal es ser violentista, que intentar que exista un poco de equidad es ser comunista trasnochado, que buscar el bien común o defender los intereses del Perú es ser un salvaje ignorante. Y, por último, ser pobre y vivir en los Conos es ser un cochino, pandillero, patán, invasor que "ha malogrado Lima" y voto fijo para los comunistas o humalistas.
Y esta práctica de deshonrar abusivamente a la gente que no comulga con sus ideas de derecha extrema, no es nueva, sino recordemos aquella falaz portada donde sacó las anotaciones de la congresista Hilaria Supa, escandalizándose de su mala caligrafía y faltas ortográficas. Hizo un festín señalando que gente ignorante como ella hacía que el Congreso fuese un circo de ineptos. Pero lo que no dijo este diario y su salvaje director es que la tal congresista era una mujer que apenas podía escribir porque sus manos sufren de artritis provocada por haber sido lavandera en su juventud y que nunca asistió a una escuela por ser muy pobre. Más bien, aprendió a escribir sola y valerse tanto que hoy es congresista. Esta mujer debía ser un ejemplo de superación, pero en Correo la trataron como a una "chola incapaz".
Ha esto apesta todo este diario, a intolerante, discriminador, racista, y macartista.
Ya e visto k el Correo esta tirando para Alan y Fujimori... Lo malo k ay gente que cree todo lo que dice este periodico...
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