En el diario La Primera acaba de publicarse una nota escalofriante para todos los blogueros. Es una iniciativa dirigida a nosotros, con nombre propio, porque la prensa formal ya tiene una legislación vigente.
El proyecto de ley Nº 2971-2008, presentado por el legislador aprista José Vargas exige, entre otras cosas, la “rectificación que le asiste a quien haya sido afectado por afirmaciones inexactas o injuriosas en medios de comunicación escrita, audiovisual y electrónica (…) De tratarse de periodismo o prensa digital, la rectificación se efectuará según lo establecido en la misma proporción en la página web o blog respectivo”. O sea que si el afectado considera que no ha sido rectificado en la misma proporción -cosa que muchas veces es subjetiva- podrá denunciar al periodista para aplicarle una pena que por esta ley aumentará de seis meses, que funciona hoy, a un año de prisión.
No cabe duda que el Apra está preparando el terreno para las elecciones del 2011. Quiere callar a los más recalcitrantes opositores de su gobierno, a quienes no son asalariados y por lo tanto son menos proclives a la necesidad de respetar las normas parametradas de cualquier empresa periodística "vigilada" por la Sunat.
Alan García nos quiere convertir en una especie de Yoani Sánchez, la cubana bloguera disidente, pero en una versión más a la "democrática" y por ello mismo más cínica.
Quizás algunas opiniones sean a favor de legislar los abusos de los blógueres cuando de la crítica pasan a la difamación o injuria, pero el derecho peruano ya proteje esos excesos. Resulta extraño recalcar y aumentar las penas justo a ad portas del inicio de las campañas electorales.
Para legislar sobre este tema antes hay que definir bien dos cosas: la responsabilidad que existe en el dueño de la página web, el titular del blog, los comentaristas y la gente común que escribe, amén de los "rebotes" que cual bolas de la calle, a veces no tienen un autor conocido. La segunda es aclarar la proporción del daño en la difamación. Los blogs son vistos por un reducido número de personas, es casi privado. El supuesto daño empieza realmente cuando el mensaje pasa a manos de la prensa formal, cuando ésta toma como fuente a un blog, cuando confía en su credibilidad sin hacer la debida comprobación.
El proyecto de ley Nº 2971-2008, presentado por el legislador aprista José Vargas exige, entre otras cosas, la “rectificación que le asiste a quien haya sido afectado por afirmaciones inexactas o injuriosas en medios de comunicación escrita, audiovisual y electrónica (…) De tratarse de periodismo o prensa digital, la rectificación se efectuará según lo establecido en la misma proporción en la página web o blog respectivo”. O sea que si el afectado considera que no ha sido rectificado en la misma proporción -cosa que muchas veces es subjetiva- podrá denunciar al periodista para aplicarle una pena que por esta ley aumentará de seis meses, que funciona hoy, a un año de prisión.
No cabe duda que el Apra está preparando el terreno para las elecciones del 2011. Quiere callar a los más recalcitrantes opositores de su gobierno, a quienes no son asalariados y por lo tanto son menos proclives a la necesidad de respetar las normas parametradas de cualquier empresa periodística "vigilada" por la Sunat.
Alan García nos quiere convertir en una especie de Yoani Sánchez, la cubana bloguera disidente, pero en una versión más a la "democrática" y por ello mismo más cínica.
Quizás algunas opiniones sean a favor de legislar los abusos de los blógueres cuando de la crítica pasan a la difamación o injuria, pero el derecho peruano ya proteje esos excesos. Resulta extraño recalcar y aumentar las penas justo a ad portas del inicio de las campañas electorales.
Para legislar sobre este tema antes hay que definir bien dos cosas: la responsabilidad que existe en el dueño de la página web, el titular del blog, los comentaristas y la gente común que escribe, amén de los "rebotes" que cual bolas de la calle, a veces no tienen un autor conocido. La segunda es aclarar la proporción del daño en la difamación. Los blogs son vistos por un reducido número de personas, es casi privado. El supuesto daño empieza realmente cuando el mensaje pasa a manos de la prensa formal, cuando ésta toma como fuente a un blog, cuando confía en su credibilidad sin hacer la debida comprobación.
AÚN NO TE HAS ENTERADO DE LA MASACRE A NUESTROS HERMANOS INDÍGENAS???.....
ResponderEliminarPor supuesto, pero esperaba enfriar mi indignación para escribir sin apasionamientos. Además, esperaba tener mejor información en medio de tanta y confusas opiniones.
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